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¿Cómo se elevan los dirigibles? Existen dirigibles de gas—helio o hidrógeno—, o de aire caliente. Aunque disponen de un motor alimentado por gasolina para la propulsión, el sistema que utilizan para elevarse o descender es el mismo que el de los globos de gas o aire caliente, es decir, la sustentación que proporciona el aire caliente o los gases más ligeros que el aire. Sobre los dirigibles hemos recibido preguntas tan sorprendentes como si los dirigibles pueden dirigirse. 

Antes de nada veamos la diferencia entre un globo y un dirigible. Como ya hemos explicado muchas veces en este blog los globos no se pueden dirigir. Carecen de todo lo necesario para hacerlo. El propósito de un globo no es ir a un lugar concreto, es elevarse, volar, disfrutar de las alturas y de las sensación de flotar con el viento. Un globo es el vehículo perfecto para las aventuras. Los globos fueron las primeras aeronaves de la historia. Muy pronto surgió la necesidad de poder controlar la dirección y la velocidad para no depender del viento y sus caprichos. Los dirigibles fueron la respuesta a esa necesidad. 

Un dirigible es, como los globos, un aerostato, es decir, una aeronave provista de un envoltorio lleno de gas más ligero—menos denso— que el aire. El dirigible cuenta también con un propulsor, habitualmente una o varias hélices. Esta provisto además de un timón. La forma alargada, más aerodinámica, le permite aprovechar el impulso de los motores y servirse del timón. Colocar un motor y un timón a un globo tradicional solo conseguiría hacerlo girar sobre sí mismo, sería como hacer avanzar una embarcación circular con un solo remo. Pero analicemos mejor la pregunta que encabeza este post y veamos los diferentes tipos de dirigibles.

¿Cómo se elevan los dirigibles? Dirigible de helio haciendo una escala en Madrid

¿Cómo se elevan los dirigibles?

La flotabilidad se la da esa envoltura que, como decíamos al principio, puede ir llena de helio o hidrógeno, o de aire caliente, en cuyo caso también dispondrá de quemadores de propano. En el caso de los gases más ligeros que el aire—hidrógeno o helio—, funcionan exactamente como ya sabemos por los globos de fiesta que hemos visto en fiestas, etc. Ambos gases son más ligeros que el aire que les rodea y se elevan sobre él. Flotan en el aire igual que hace una pelota en una piscina, por el principio de Arquímedes. El aire es el fluido que el dirigible desaloja y el peso de ese  aire es mayor que el del propio dirigible por lo que este experimenta un empuje vertical, hacia arriba e igual al peso del fluido desalojado.

Con el aire caliente ocurre lo mismo, salvo que el piloto debe accionar el quemador a intervalos para mantener el aire contenido en la vela caliente y menos denso que el aire que le rodea. Gracias al quemador, alimentado de propano, el piloto va modificando esa densidad según sus necesidades. Calentándolo más, o haciéndolo menos denso, para subir y dejándolo enfriar para descender. Paralelamente a esas maniobras también debe accionar el motor para obtener mayor empuje y el timón para realizar los giros necesarios.

Dirigibles, Zepelines y Torresquevedines

Es muy frecuente confundir dirigibles con zepelines. Los primeros son las aeronaves más ligeras que el aire con capacidad de dirigirse en función de los elementos que hemos visto. Los segundos son un tipo de dirigibles inventados por F. von Zeppelin, un militar e industrial alemán. Se trataba de dirigible rígidos que tuvieron su auge a principios del siglo XX. Los Torresquevedines fueron un invento español, cuyo diseñador fue Leonardo Torres Quevedo —de ahí su nombre—, en cuyos diseños se basan los dirigibles actuales cuyas posibles aplicaciones están aún pos desarrollarse.

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