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Los globos y la meteorología están muy relacionados. Volar en globo es una actividad que requiere unas condiciones meteorológicas adecuadas para su práctica. Como es lógico al tratarse de una actividad que se desarrolla al aire libre, está supeditada a los cambios que estas condiciones puedan sufrir. Las previsiones meteorológicas son cada vez más fiables y es muy raro que tengan errores importantes de un día para otro. Pero no dejan de ser previsiones a las que pueden afectar innumerables factores.

Por ello, si bien ocurre muy pocas veces, los vuelos pueden cancelarse incluso en el mismo campo de vuelo. Esto puede ocurrir si el piloto considera que la situación ha cambiado o que el vuelo puede verse comprometido por el viento, la lluvia o la niebla. Esos son los tres fenómenos meteorológicos que afectan a un globo aerostático y que pueden determinar si se vuela o no.

¿Quién decide si se vuelo o se aplaza?

El responsable de operaciones de cada empresa de paseos en globo realiza un seguimiento de las previsiones meteorológicas en la semana previa al vuelo. Estará atento a su evolución y decidiendo si los vuelos previstos siguen adelante o es conveniente cancelarlos. El seguimiento de estas previsiones se realiza con varias herramientas diferentes para tener datos contrastados y fiables. No hay que olvidar, sin embargo, que las herramientas que se utilizan emplean diferentes modelos meteorológicos y que ninguno de ellos es infalible. En el invierno y el verano las previsiones suelen ser mucho más fiables y precisas que en la primavera y el otoño.

Los globos y la meteorología: Viento

Es el fenómeno meteorológico al que más atención prestamos y el que más afecta al globo desde el mismo montaje e hinchado hasta el aterrizaje. La gran superficie de los globos es muy sensible a los vientos racheados y/o fuertes. En esas condiciones se hace muy difícil o incluso imposible completar el montaje de los globos para intentar siquiera el despegue.

Una vez en vuelo no importará cuan fuerte sople el viento pues el globo se traslada dentro del mismo y a su misma velocidad. Es decir, volando, el globo puede viajar a 5 o 50 kilómetros por hora sin que los pasajeros noten turbulencias o molestia alguna. No obstante el globo tiene que aterrizar y lo hará a la misma velocidad que el viento reinante en superficie. Cuando la velocidad del viento antes del despegue supera los 15 kilómetros por hora los vuelos suelen cancelarse para evitar aterrizajes bruscos.

El mejor momento del día y el mejor día

Solo se vuela en globo en las mejores condiciones posibles por lo que cuando los pilotos deciden cancelar un vuelo lo hacen pensando en la seguridad de la operación y sus pasajeros. Hay que tener en cuenta que el piloto va en el globo en cada uno de los vuelos y tienen que sentirse cómodo con las condiciones meteorológicas el día del vuelo. Esto supone que si bien el viento es un parámetro perfectamente mensurable, cerca del límite se vuelve un factor muy subjetivo. En ocasiones algún piloto puede decidir despegar y otro decidir cancelar el vuelo sin que ninguno de los dos esté equivocado.

Teniendo en cuenta que se trata de una actividad lúdica y que la idea es pasarlo lo mejor posible siempre es mejor tener paciencia. Es preferible esperar a otro día donde la situación sea más clara y el piloto estime que el vuelo transcurrirá con los parámetros de seguridad que él considera adecuados.

Factores meteorológicos: Lluvia

Otro de los momentos en los que los globos y la meteorología vuelven a encontrarse en en las situaciones de lluvia. Mucho más evidente que el viento la lluvia es otro de los meteoros que puede llevar a cancelar un vuelo. No solo la lluvia durante el horario previsto para el vuelo, también la previa o la que pueda producirse en las horas y zonas cercanas y que puede afectar a las condiciones particulares de un área de vuelo.

Una de las preguntas frecuentes que solemos recibir es ¿qué ocurriría si se pone a llover durante el vuelo? Es una situación poco frecuente pues si se cuenta con esa posibilidad no se realizaría la actividad. De producirse nos obligaría a aterrizar lo antes posible sin mayor problema o riesgo.

Porqué nos afecta la lluvia

Tengamos en cuenta la gran superficie del globo, uno para 10 pasajeros puede tener más de 1.800 metros cuadrados de tela. También las altas temperaturas del aire en su interior, cercanas a los 100ºC, es decir próximas al punto de ebullición del agua. Estos factores se deben tener en cuenta durante el vuelo. El agua que empaparía el globo le haría adquirir un gran peso extra y la temperatura del mismo llevaría el agua también a aumentar su temperatura. Esto podría degradar las características de la vela del globo. Si bien no supondría un peligro para el vuelo que se esta desarrollando, restaría vida útil a la vela, reduciendo sus prestaciones.

Otros fenómenos meteorológicos: Niebla

Aunque se cuentan con datos en las previsiones meteorológicas que anuncian la posibilidad de que se produzca niebla es probablemente el factor menos previsible de los que pueden afectar a un vuelo en globo. Su incidencia es fácilmente comprensible pues limitaría la visibilidad del piloto para todas las maniobras. La niebla localizada en un área pequeña, por ejemplo las inmediaciones de un río, no supone tantas complicaciones como un área extensa que se encuentre cubierta. En condiciones de niebla o mala visibilidad los vuelos deben posponerse, como primera medida, y si las condiciones no cambian durante el horario optimo para desarrollar la actividad de vuelo en globo, cancelarse hasta disponer de una ocasión más favorable.

Conclusiones

Como resumen hay que señalar que con las previsiones de las que disponeos actualmente contamos con potentes herramientas para determinar con antelación los días más propicios para el vuelo. En España disfrutamos de un clima muy adecuado para la práctica de la aerostación que nos permite volar todos los meses del año. Como es lógico los meses del invierno y el otoño tendrán menos días adecuados que la primavera y el verano, pero también nos proporcionarán días de cielos espectaculares, con una luz fantástica y paisajes, colores y vistas que sólo se encuentran en los meses más fríos.

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