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Los dragones de Segovia

Dicen que todas las leyendas se basan en sucesos reales que la imaginación popular adornó luego con la magia de los cuentos. Pero ¿qué realidad podría esconder la leyenda que a continuación relato…

LOS DRAGONES DE SEGOVIA

Cualquier mañana en Segovia...

Cualquier mañana en Segovia…

Cuentan, los que se despiertan antes de que salga el sol y recorren el mundo buscando amaneceres, que en una gran explanada, frente a la ciudad amurallada de Segovia, hay mañanas en las que puedes ver como se despiertan los dragones gigantes, como respiran fuego y cómo, tras levantarse majestuosamente, se elevan en el aire como si sus inmensos cuerpos rechonchos no pesasen más que pompas de jabón…
Dicen, esos mismos locos crédulos, que cada dragón tiene la piel de distintos colores, y que allí puedes ver desde los dragones albinos a los melánicos pasando por todas las gamas de color que puedas imaginar, incluso que podrás ver algunos con la piel a cuadros o a rayas de diferentes colores…
Aseguran que los dragones ronronean al despertar, llenando poco a poco sus barrigas de aire y que cuando tienen sus vientres hinchados y orondos, repletos del viento que han robado a la mañana, entonces empiezan a lanzar sus características llamaradas y se levantan, en toda su altura, mirando al cielo…
También aseguran que cada uno de aquellos llamativos dragones lleva una cesta sujeta en sus garras en la que van recolectando seres humanos. Pero aún dicen más, cuentan que esos humanos suben voluntariamente a las cestas y sonríen emocionados cuando los dragones los levantan por los aires…
La ciudad, famosa por su belleza, es aún más hermosa cuando los dragones multicolores llenan de fantasía su cielo. En ocasiones una docena de gigantes voladores recorren los caminos del viento sobre la Catedral, el Alcázar o el famoso Acueducto. Y los dragones, bondadosos y bellos, llevan a todos los humanos a tierra, confortablemente, tras su aventura aérea para que puedan contar de sus aventuras y de las vistas que disfrutaron…

Sin duda una bonita leyenda pero que en esta ocasión debe ser fruto de un sueño, porque de otro modo ha de tener una gran dosis de imaginación y de esa magia que adorna los viejos relatos. La realidad no suele ser tan emocionante ni fantástica…

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