Sonríe con la mirada
Sonríe con la mirada. Ahora, más que nunca es un gesto necesario. La COVID-19 nos lleva con la boca cubierta por una mascarilla. Esta medida preventiva y totalmente necesaria puede dificultar la comunicación no verbal. Pero nuestra sonrisa se extiende por toda la cara. Para sonreír, dependiendo del tipo de sonrisa, utilizamos entre 12 y 17 músculos. Aunque llevemos parte de la cara cubierta por una mascarilla nuestra sonrisa se extiende más allá de la boca. También sonreímos con los ojos y las cejas. También sonreímos con la mirada.
Los humanos sonreímos desde hace miles de años. También lo hacen los primates. Se trata de un gesto instintivo, no aprendido. Esto se ha podido demostrar ya que los fetos sonríen en el vientre materno cuando se sienten bien. Aproximadamente al mes de vida aparece la sonrisa social, como un medio más de comunicación. La sonrisa se considera como la forma de comunicación más potente que existe.
Qué dice nuestra sonrisa a los demás
De entrada es un gesto amistoso universal. Facilita así el diálogo y mejora la creación de vínculos personales. Al sonreír parecemos más corteses y apacibles. Además la sonrisa es contagiosa por una “neurona espejo” de nuestro cerebro, por lo que al sonreír influimos positivamente en los demás. Según los estudios realizados por la Universidad Penn State, de los Estados Unidos, nuestra sonrisa nos hace parecer confiados y más competentes.
Sonríe con la mirada
Todos hemos oído que los ojos son el espejo del alma. Con ellos podemos transmitir muchos estados de ánimo, sensaciones y emociones. Con los ojos podemos preguntar o mostrar preocupación o miedo. Y por descontado con la mirada podemos sonreír. Se ha dicho que con los ojos se consigue la sonrisa más genuina y que las falsas sonrisas no llegan a nuestra mirada. Con una sonrisa nos podemos ganar a nuestros interlocutores, encandilarlos, fascinarlos y atraer su atención.
Beneficios de la sonrisa
¿Sabías que sonreír supone menos esfuerzo que llorar o fruncir el ceño? Y los beneficios para el estado de ánimo de una sonrisa son mucho mayores que los de cualquier otro gesto. Según el médico francés Guillaume Duchenne, una sonrisa sincera, activa el córtex cerebral, generando endorfinas y por lo tanto un estado de mayor felicidad. Otros estudios dicen que al sonreír se libera también adrenalina, serotonina y dopamina, todas ellas hormonas relacionadas con la reducción del dolor— físico y emocional—, con el aumento del número de leucocitos y la mejora general del sistema inmunológico.
Aseguran también que la sonrisa nos hace más atractivos a los demás. Reduce la tensión muscular y el estrés. De forma natural nos ayuda a relajarnos. Parece ser que favorece la oxigenación del organismo. Como consecuencia indirecta de todo lo anterior ayuda a mantener la piel tersa y joven.
Es decir, que sonreír nos hace sentir mejor a nosotros y a los demás. También nos hace más fuertes frente a contagios de todo tipo. Por lo tanto, más que nunca, es el momento de sonreír. Y ya que deberemos llevar la mascarilla puesta, mejor aún si la sonrisa es sincera. Para ayudar a los demás y ayudarnos a nosotros mismos, para mejorar la comunicación, e incluso la experiencia de vuelo en globo, te damos un buen consejo: Sonríe con la mirada.
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