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Una cuestión de peso por Joaquín Araujo

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Joaquín Araujo
Joaquín Araujo

 

Una Cuestión de peso, Joaquín Araujo, naturalista y escritor

Una cuestión de peso

Si no has caminado sobre el viento te has perdido una de las mejores experiencias de cuantas un ser vivo, de los con peso y sin alas, puede tener. Porque no se trata de volar, es mucho más y mucho menos al mismo tiempo. Conviene partir, en cualquier caso, del hecho de que VOLAR es una de las más vulgares formas de desplazamiento que se han dado a lo largo de la historia de la Vida. Ciertamente el que nosotros hayamos tardado tanto en culminar artefactos capaces de mantenerse en el aire no puede hacernos olvidar que más del 60% de las especies terrestres vuelan. Esto quiere decir que desplazarse por el aire es la norma.

Prácticamente todos los insectos, casi todas las aves- de hecho solo una docena de las 10.000 especies existentes no pueden surcar los aires. Por si eso fuera poco no deja de ser significativo que el grupo de mamíferos con un mayor número de especies, los murciélagos, vuelen.  Pero, y son espectaculares minorías, también pueden planear algunas serpientes y unos pocos anfibios. También los peces cuentan con un puñado de especies que pueden ser del aire por unos instantes.

No olvidemos, al mismo tiempo, que también vuela la luz, el aire, el agua, nuestras miradas y las palabras. En fin que nada especialmente nuevo aportan los modos y maneras de volar que usamos los humanos desde hace muy poco tiempo. Todo estaba ya aquí, incluso la propulsión a chorro de los aviones supersónicos.

También el vuelo lento, solemne y hasta insonoro que durante muchos momentos hacen los globos estaban inventados por los seres vivos. De hecho el aire caliente es la principal fuerza de sustentación de infinidad de especies de aves e insectos. ¡Qué no decir de la más fascinante y masiva forma de volar que es a bordo de los llamados hilos de la Virgen! Os lo recuerdo.

Centenares de millones de arañas vuelan, incluso de un continente a otro a bordo de los filamentos de seda que ellas mismas segregan. Es lo más parecido a lo que sucede con nuestros globos porque dependen de la dirección e intensidad del viento. Supone igualmente ir colgado de un artefacto que flota en la transparencia.

…comprender al pájaro y la lluvia…

Y hasta aquí quería yo llegar o mejor levitar. Porque se trata precisamente de eso, de convertirse en ingrávido para no pesarle a este mundo donde los humanos nos hemos convertido en una fuerza más contundente que la de la gravedad. Volar entre la nubes a bordo de un globo es tantas cosas al mismo tiempo que mejor será no intentar su enumeración. Pero sí destacar las que más veces pasan inadvertidas.

Porque a los estereotipos y convencionalismos de que se trata de emoción, aventura, otro punto de vista, hay que intentar disfrutar todavía más de un vuelo con estos magníficos profesionales de SIEMPRE EN LAS NUBES con algunas consideraciones un poco menos frecuentes. Como, por ejemplo: si quieren comprender al pájaro y la lluvia, al viento y al vilano. Si quieren sentir lo que siente el mismo viento, súbanse a uno de estos aerostatos. Convertirse en levedad, lentitud, formar parte  de lo que no pesa y que por tanto no hace sufrir a los con peso. En fin, salir de nosotros mismos para caminar sobre el viento, merece ser merecido.

GRACIAS Y QUE ESE VUELO CON SIEMPRE EN LAS NUBES OS ATALANTE.

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