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Volar en globo en Granada

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Volar en globo es una aventura y como tal debe planificarse. Como bien decía el escritor británico Gilbert Keith Chesterton, «La aventura podrá ser loca, pero el aventurero, para llevarla a cabo, ha de ser cuerdo». El vuelo en globo de pasajeros está regulado por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea, siendo por lo tanto una actividad muy segura. Además en los días previos al vuelo el piloto estaré siguiendo la evolución de las previsiones meteorológicas para saber que condiciones tendrá el día del vuelo. Dispondrá de un GPS, mapas de la zona de vuelo y otros instrumentos que le ayudarán durante el mismo, y se basará en su experiencia y en su criterio para determinar, el mismo día del vuelo y en la zona de despegue, si éste es viable en las necesarias condiciones de seguridad. Revisará el globo durante el montaje en busca de posibles desperfectos y solo despegará si todos los pasos previos indican que volar es seguro. A pesar de todo ello, no obstante, el vuelo es una aventura, de las pocas que se pueden vivir hoy en día después del desayuno y antes del aperitivo, porque el piloto no sabe nunca cual será su punto de aterrizaje. Cada vuelo es diferente y el rumbo del mismo solo algo aproximado. Controlada, segura y regulada, pero sin duda toda una aventura la que se puede vivir a bordo de un globo.
Y como toda aventura sujeta a los caprichos de la naturaleza. Todo aventurero sabe bien que ante las fuerzas de la naturaleza de nada sirven todos los planes previos que se hayan hecho o los objetivos marcados, hay que saber adaptarse y cambiar esos planes para seguir adelante. Así que cuando llegamos a Granada y las previsiones habían cambiado teníamos dos opciones, cancelar el vuelo o adaptarnos a la nueva dirección e intensidad del viento. Y eso hicimos. Cambiamos la zona de vuelo, lo que supuso un cambio de la hora de reunión, madrugar aún más y recorrer más kilómetros. Más esfuerzo sin duda, pero si las aventuras fuesen sencillas y cómodas perderían parte de su encanto y la sensación de triunfo que nos dejan una vez vividas está íntimamente relacionada con los obstáculos que hemos tenido que superar para vivirlas. La recompensa fue un vuelo espectacular desde las inmediaciones de Villanueva de Torres hasta muy cerca de Baza, sobre un paisaje evocador con las cumbres de Sierra Nevada de telón de fondo. Tras un divertido aterrizaje y celebrar nuestro vuelo con un almuerzo campestre, una copa de cava bien frío y una entrega de diplomas para todos los pasajeros, la prueba de que la aventura ha merecido la pena es la promesa de algunos pasajeros, que aún emocionados, y con una sonrisa iluminando sus rostros nos dicen «¡repetiremos!».

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