Volando en globo en Laponia una aventura de Siempre en las nubes

Territorios helados

Hemos estado volando en globo en Laponia, ¿quieres saber más?. Cuando nos llegó la invitación para participar en este evento la idea nos sedujo desde el primer momento. La zona de vuelos estaba a más de cien kilómetros por encima del Círculo polar Artico. Las imágenes que nos llegaban de allí eran espectaculares así que comenzamos con los preparativos. Un trineo para transportar el globo sobre la nieve, raquetas de nieve, material de supervivencia, una sierra, un hacha… El equipo distaba mucho del habitual en nuestros vuelos. Por no olvidare la ropa de abrigo para temperaturas que podían bajar hasta los -40ºC. Finalmente las temperaturas apenas bajaron de los 20ºC negativos.

Este es un resumen de nuestro tercer vuelo en globo en Laponia. Los primeros días tuvimos mucha nieve y nieblas aunque temperaturas más altas. Los últimos días de nuestra estancia en Finlandia los cielos se despejaron y las temperaturas bajaron por debajo de los -15ºC. A pesar de ello el sol brillaba, bajo pero imponente, iluminando un paisaje fantástico. El aire resplandecía por los diminutos cristales de hielo en suspensión, que en dirección al sol marcaban un haz casi mágico.

Volando en globo en Laponia

Este es el recorrido que hicimos de ida y vuelta para vivir nuestra aventura. Más de 10.000 kilómetros en coche para llegar a Äkäslompolo, Finlandia y regresar. Durante el viaje fuimos compartiendo fotos y vídeos en nuestras redes sociales Facebook , Twitter e Instagram. Amigos y familia nos preguntaban por los detalles de esta aventura e incluso mi madre no pudo evitar soltar una de esas frases típicas al enterarse de que nos íbamos al Círculo Polar Ártico: «¡Abrígate bien, ponte la bufanda!»

Aventura en globo. Trayecto en coche desde Segovia hasta Finlandia.

Círculo Polar Ártico

Aquí os dejamos los datos técnicos de los tres vuelos que pudimos realizar. Durante los primeros días el tiempo no acompañó y nos dedicamos a adaptarnos y a realizar otras actividades en Finlandia. Cuando finalmente pudimos volar el Gran Norte nos desveló algunos de sus secretos.

Datos técnicos de los vuelos en Finlandia

Vuelo 1

Volando en globo en Laponia / vuelo 1

Despegue: Kolari
Aterrizaje: Äkäslompolo
Distancia: 14 km.
Duración: 50 minutos
Altitud máxima: 745 m.
Altitud mínima: 210 m.
Velocidad máxima: 35 km.
Fecha de vuelo: 12-2-20
Piloto: Cristian Biosca

La dificultad para recuperar los globos en un ambiente tan duro e inhóspito nos obligaba a aterrizar en un lago helado con fácil acceso. El lago se encuentra en la localidad de Äkäslompolo. En principio parece un buen plan, pero recordemos que los globos no se pueden dirigir. Fuera del lago hay pocos lugares de aterrizaje, es decir, pocos seguros. La nieve en la zona era el doble de la habitual. Incluso con raquetas nos hundíamos hasta la rodilla en la finísima nieve en polvo.

Despegamos a 14 kilómetros de nuestro objetivo. La única manera de alcanzarlo es elegir un punto de despegue que se encuentre en la trayectoria que marcan los vientos. Y luego trabajar muy duro durante el vuelo, buscando las pequeñas correcciones que nos ofrecen los cambios de dirección a diferentes alturas o los accidentes geográficos.

Tras casi una hora de vuelo conseguimos llegar al lago y aterrizar en su superficie cubierta de nieve. Bajo más de un metro de la misma otro metro de hielo nos separaba del agua. Sobre el lago la gente esquía o monta en bicicleta y las motos de nieve pueden recorrer su superficie. Una de las motos de la organización se acercó hasta nuestro lugar de aterrizaje y en dos viajes, arrastrando nuestro trineo, llevó todo el equipo hasta nuestro coche.

Vuelo 2

Globos en Laponia preparados para el despegue / Vuelo 2

Despegue: Äkäslompolo
Aterrizaje: Kittila
Distancia: 24 km.
Duración: 1 h 55 minutos
Altitud máxima: 1410 m.
Altitud mínima: 280 m.
Velocidad máxima: 23 km.
Fecha de vuelo: 13-2-20
Piloto: José Luis Calderón

El día junto al lago amanece nublado, con nubes bajas y poca visibilidad. Pero nos trasladamos hasta una zona más elevada donde brilla un sol tímido que apenas se levantará del horizonte en toda la jornada. Nuestra zona de despegue es en una carretera, entre árboles. El globo apenas tiene espacio para hincharse y tememos que se enganche con una rama y pueda romperse. Las previsiones nos dicen que mientras preparamos el despegue y nos acercamos volando a Äkäslompolo se abrirá la niebla.

Despegamos y pasamos casi una hora de vuelo buscando las corrientes y vientos favorables. Si las había cuando realizamos las mediciones para elegir el despegue ya han desaparecido. Viendo que el lago es un objetivo imposible tenemos que buscar la mejor solución. Aterrizar en medio de los bosques puede hacer imposible la recuperación del globo. Si bien llevamos material de supervivencia a bordo esa es la última alternativa. Antes hay que intentar aterrizar cerca de una carretera. La única que sale en nuestros mapas está a casi 20 km. Ese es nuestro objetivo.

El trayecto es espectacular. El sol brilla en un cielo limpio de un azul intenso. Los árboles, bajo nosotros, están cubiertos por una capa de nieve que los viste de blanco por completo. Los que solo vamos de pasajeros disfrutamos de las vistas mientras que el piloto va ganando, poco a poco, los metros que nos separan de la única posibilidad en muchos kilómetros de bosques impracticables.

Finalmente conseguimos aterrizar cerca de la carretera y nosotros mismos, con el trineo, acarreamos el material hasta donde puede llegar el coche.

Vuelo 3

Volando en globo en Laponia / vuelo 3

Despegue: Akäsjoki
Aterrizaje: Äkäslompolo
Distancia: 14,9 km.
Duración: 1 h 50 minutos
Altitud máxima: 367 m.
Altitud mínima: 190 m.
Velocidad máxima: 18 km.
Fecha de vuelo: 14-2-20
Piloto: José Antonio García

Tercer vuelo y el mismo objetivo: el lago helado junto a Äkäslompolo. El viento es muy suave y habrá que trabajar los rumbos para llegar a nuestro destino. El recorrido es impresionante y las temperaturas las más frías hasta el momento, por debajo de -20ºC.

El paisaje que atravesamos es desolado. No se ven animales, apenas alguna huella de ellos sobre la nieve. Los árboles se extienden en todas direcciones ofreciendo pocos huecos si llegase el caso de tener que aterrizar. Se comprende fácilmente lo duro que sería aterrizar en medio de ninguna parte. Incluso con la ayuda de las raquetas los desplazamientos son agotadores. Si pierdes el equilibrio y caes a la nieve es muy difícil levantarse. Al apoyarse en el suelo este se hunde. Al caminar o realizar cualquier esfuerzo sudas a raudales dentro de las varias capas de ropa que te aíslan del frío y luego el sudor se congela y te deja helado.

En nuestras cabezas se van desarrollando los planes para superar un aterrizaje lejos del lago, un uno de aquellos parajes. Sabemos que tenemos todo lo necesario para sobrevivir, pero la prueba sería muy dura. la belleza del lugar aparta todos esos pensamientos, mientras que nuestro destino se acerca, poco a poco. Nuestros instrumentos nos van dando la altura, el rumbo, la distancia hasta el lago. Estamos volando en globo en Laponia y eso nos llena de emoción a pesar de las posibles dificultades.

El lago aparece en nuestro horizonte y el viento nos permite jugar con él para acercarnos a nuestro destino. Mires donde mires ves el cielo brillar con diminutos cristales de hielo. En dirección al sol la luz traza un camino brillante en el que esos cristales bailan con destellos de diamante.

Conseguimos una vez más aterrizar en el lago y nosotros mismos acarreamos el equipo hasta nuestro coche que nos espera a unos cientos de metros.