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El acueducto de Segovia

Detalle de algunos de los 167 arcos que forman el acueducto.

Detalle de algunos de los 167 arcos que forman el acueducto.

Es el símbolo distintivo de la ciudad de Segovia y aunque se desconoce la fecha exacta de su construcción se cree que pudo llevarse a cabo a finales del siglo I o principios del siglo II D.C. Esta considerada la obra de ingeniería civil más importante de los romanos. La parte más visible, visitada y conocida es también la más alta, con 29 metros de altura en la plaza del Azoguejo. Pero el acueducto, como es lógico si se atiende a su utilidad, transportar agua desde el manantial de la Fuenfría hasta la ciudad, tiene un recorrido mucho más largo que llega hasta el Embalse de Puente Alta, a más de 15 kilómetros de Segovia. Tiene también 167 arcos de piedra procedente de la misma sierra hasta la que llega para recoger el agua. Paseando por las estribaciones de la sierra de Guadarrama es posible ver el principio del acueducto con los mismos sillares y las mismas técnicas de construcción, si bien en mitad del monte la conservación de esta espectacular obra no es tan buena. No obstante es sorprendente que casi 2.000 años después de su construcción el acueducto, compuesto de unos 25.000 sillares de granito unidos sin ningún tipo de argamasa, no solo siga en pie, sino que además siga transportando el agua desde la sierra. El tráfico dejó de pasar bajo sus arcos en 1992 aunque diversos estudios han demostrado que las vibraciones no le afectaban, si lo hizo y sigue haciendo la contaminación de los vehículos.

El acueducto desde la barquilla del globo durante un vuelo nocturno.

El acueducto desde la barquilla del globo durante un vuelo nocturno.

Desde nuestro balcón en el cielo de Segovia podremos ver el acueducto como no podríamos imaginar...

Desde nuestro balcón en el cielo de Segovia podremos ver el acueducto como no podríamos imaginar…

Desde nuestro campo de despegue en Segovia el acueducto es perfectamente visible en cuanto el globo se eleva unos pocos metros en el aire, mirando hacia el lugar por el que sale el sol. A medida que subimos no solo podemos ver la parte más conocida del mismo y que son solo 818 metros de su largo recorrido, también podremos ver como gira y se aproxima al suelo entre los edificios y casas de la ciudad.
En el vuelo más característico, que se repite similar aunque siempre diferente, gracias al viento dominante, podemos ver el acueducto cuando cruzamos sobre la ciudad y apreciar muchos de sus detalles, desde una perspectiva única e inolvidable, cuando descendemos hacia el valle del Eresma buscando la corriente que en ocasiones nos conduce hacia el Alcázar, lugar donde también terminan los canales de conducción de agua que rematan la parte superior del acueducto.
Hay otra ciudad donde volamos habitualmente en globo que también cuenta con varios acueductos de los romanos…¿sabrías cuál es?
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