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Buitre Común o Leonado (Gyps Fulvus)

Son aves muy conocidas y raramente apreciadas a pesar de su extraordinaria labor de mantener los campos limpios de animales muertos. Son animales muy gregarios que crían en grandes colonias en riscos, cortados rocosas y hoces de los ríos. Si bien no son tan abundantes como hace unos años tienen poblaciones más estables que las de los buitres negros. Si bien ya cuando los animales de granja ya no se dejan en campo abierto cuando mueren, lo que favorecía a estas aves, se han habilitado comederos en sus zonas de cría. Como todas las rapaces es un ave protegida.

Son fácilmente reconocibles por su tamaño y sus costumbres. Su envergadura, de punta a punta de las alas, es de 2,70 metros y se les suele ver volando en grupos describiendo círculos, a veces a gran altura, aprovechando las corrientes térmicas que evitamos con el globo volando tan pronto. En las raras ocasiones en que baten las alas se puede apreciar mejor su gran tamaño. Las alas son anchas de plumaje oscuro igual que la cola. Aunque tiene un largo cuello desplumado, durante el vuelo lo lleva replegado por lo que su silueta es compacta.

Por la hora a la que volamos no es frecuente ver buitres durante el vuelo en globo, pero si los hemos visto en ocasiones posados o alimentándose, principalmente en las zonas de vuelo de Madrid y Segovia. Ya que, por su tamaña, no tienen enemigos que vuelen, raramente se asustan al paso del globo. A pesar de lo que pueda aparecer en los cómics no son peligrosos para los pasajeros del globo. Es mucho más frecuente observarles desde tierra una vez que el vuelo ha terminado y empiezan a formarse las corrientes térmicas que estos animales aprovechan para recorrer largas distancias.

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