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Galápago leproso (Mauremys leprosa)

De los dos galápagos que podemos encontrar en España este es el más común por su mayor tolerancia a las aguas polucionadas o incluso salobres. Es habitual que se instalen algas en sus caparazones y que éstas dejen erosiones de mal aspecto. Ambas circunstancias se suman para otorgarle su peculiar nombre.

Habita ríos caudalosos y tiene una alimentación carnívora. Se diferencia del galápago europeo fácilmente por la coloración de su caparazón que es verde oscuro uniforme, con los bordes de las placas muy marcados. El galápago leproso presenta rayas amarillentas en el cuello.

Aunque ocupa casi toda la Península, salvo zonas de los Pirineos, Euskadi, parte de Galicia y norte de Portugal, como el resto de los reptiles es difícil de observar desde el globo. Hemos podido verle en varias ocasiones cuando volamos en Toledo, al sobrevolar a baja altura las riberas del río Tajo, y únicamente durante un instante cuando se arroja al agua al paso de nuestro globo.

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