VIAJES EN GLOBO

Nuestro blog

Regreso a Madagascar

 En Viajes

En 2001 y junto a dos amigos atravesé la Isla Roja en bicicleta. A lo largo de más de 2.400 kilómetros de carreteras, caminos, ríos… fui conociendo Madagascar y a los malgaches y me fui enamorando del país y sus gentes. Aquel fue un viaje que me marcó, que me llegó muy hondo. Tantos kilómetros sobre la bicicleta te dejan muchas horas para pensar, para conocer el camino y lo que te va ofreciendo pero también para conocerse a uno mismo. Aquel fue un viaje de aventura, de búsqueda, en el que no conseguí encontrar mi verdadera vocación, pero en el que me quedó muy claro que debía hacer cambios, asumir riesgos y aprender muchas cosas nuevas para disfrutar con mi trabajo como estaba disfrutando de cada metro que, a golpe de pedal, recorría sobre la tierra roja de la isla.

Madagascar 2001 un viaje inolvidable

Madagascar 2001 un viaje inolvidable

Madagascar 2001 un viaje inolvidable

Aún habrían de pasar varios años de mucho trabajo y de nuevas aventuras para que el mundo de la aerostación se cruzara en mi vida, pero estoy seguro de que las decisiones que tomé sobre la bicicleta y las conclusiones a las que llegué en Madagascar me condujeron finalmente a lo que de verdad me apasiona: volar en globo.
Muchos años después, cuando escuché que Ultramagic, la fábrica de globos que hay en Igualada, Barcelona, estaba organizando un viaje a Madagascar para volar en globo, decidí que de una u otra forma tenía que regresar para disfrutar de aquel cielo malgache que tantas veces recordaba desde España.
Quince años después estoy nuevamente en camino, nuestro globo nos espera en Morondava, una zona que no pude conocer entonces pues quedaban muy lejos de nuestra ruta. Allí podré ver por fin a los míticos baobabs panzudos, quizás la imagen más conocida de la isla junto con los lémures. De alguna forma siento que vuelvo a casa o a un pedacito del mundo en el que me sentí como en casa a pesar de todas las diferencias que hacen de Madagascar un lugar único y extraordinario. Espero que no haya cambiado demasiado, que aún mantenga su esencia. Hoy llegaremos a su capital, Antananarivo, la ciudad de los mil, la primera etapa de nuestro viaje. Hoy pisaré de nuevo la tierra de los baobabs.

¿Listo para volar?

¡Reserva Ahora!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *