¿Un globo de aire caliente es ignífugo?
Esta es una de esas preguntas muy frecuentes entre nuestros pasajeros. También es muy lógica pues las llamas de los quemadores pueden superar los 4 metros de longitud y puede llegar a los 1.100 grados centígrados. La boca del globo está confeccionada en Nomex®, un tejido de alta resistencia al calor y las llamas. Este tejido fabricado por DuPont en la década de los 60 del siglo XX se utiliza frecuentemente en la vestimenta de pilotos, bomberos, etc. Sobre este tipo de tela continúan los paneles de nylon ripstop —antidesgarro—, u otros materiales. A pesar del uso de estos tejidos resistente al fuego si las llamas del quemador le alcanzan accidentalmente el globo sufrirá daños. El momento más delicado, cuando el globo puede resultar afectado por el quemador, es cuando, ya hinchado por completo, el piloto decide levantar el globo. Un cambio en la dirección o intensidad del viento en ese momento, que dificulte esa maniobra, puede conllevar a que se ocasionen desperfectos en la vela.
Salvo que los daños sean considerables un desperfecto en la parte inferior, siempre que no afecte a las cintas de carga, no supone un problema para la seguridad del vuelo, siendo meramente una cuestión estética. El piloto decidirá si los daños pueden motivar la suspensión del vuelo hasta que sean reparados o el vuelo puede llevarse adelante. No olvidemos que la prioridad para el piloto es la seguridad de sus pasajeros por lo que la decisión que tome, basada en su experiencia y criterio técnico, es la mejor para cada situación.
Durante el vuelo la disposición de los quemadores y del propio globo hace que las llamas del quemador se encuentren a la distancia suficiente para que no sufran daños y sirvan a su propósito, calentar todo el aire contenido en la vela y así permitirnos volar.
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