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Una familia numerosa

Festival Internacional del Globo (FIG)

Festival Internacional del Globo (FIG)

Por cuarto año consecutivo he participado en el Festival del Globo de León. La primera vez acudí invitado por la organización con motivo del segundo Centenario de la independencia de Méjico y ya lo hice acompañado de mi familia, la de los pilotos y equipos de tierra de los 20 equipos españoles que fuimos al FIG en 2010. Cuando regresamos a España esa familia había crecido, a ella se habían sumado otros muchos apasionados de la aerostación procedentes de todo el mundo, principalmente mejicanos, que a pesar de estar celebrando el día en que dejaron de ser colonia española nos acogieron con tanto cariño, alegría y respeto, que nos hicieron sentir como en casa. No cabía duda de que volvería, a visitar a esa nueva familia y ese nuevo hogar, a compartir una vez más los cielos de León cabalgando sobre el viento, rodeado de otros muchos globos, más de 200, en un espectáculo inolvidable, en una aventura apasionante.
Ya son, para mí, cuatro años de festival—lástima no poder asistir desde su primera edición—, de vuelos, de noches mágicas, de tequilas, de sonrisas, de compañerismo… de amistad. Y en cada ocasión a esa gran familia se le van sumando miembros, pilotos de otros países, voluntarios, tripulaciones… Personas con las que sigo en contacto el resto del año a través del correo o las redes sociales, personas a las que echo de menos los otros 11 meses del año mientras llega la cita ineludible del FIG, como siempre en noviembre, a la que, en cada edición, se suman más y más pilotos, globos, aficionados y voluntarios.
Ya acabó el festival de 2013 y un año más regresamos a España pensando en la próxima edición, con la sensación de haber compartido una vivencia única, especial que nos ha permitido crecer por dentro y que ha subrayado unos días de nuestra biografía con un recuerdo de los que valen la pena. La lista de agradecimientos sería demasiado larga para las pretensiones de este artículo así que terminaré diciendo, únicamente, gracias Méjico, agrupando así a todos los que como yo se dejaron cautivar por la magia del FIG y regresaron a sus quehaceres cotidianos llevando en el corazón un pedacito de esta tierra, el abrazo de sus gentes y en sus labios el sabor de una auténtica aventura.

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Mostrando 2 Comentarios

  1. Carmen dice:

    Con sólo leerlo dan ganas de formar parte de esa gran familia de la que hablas. Contagias tu ilusión.

  2. Gracias Carmen, pero esa ilusión es la misma que tu vas contagiando a los que te rodean. Un abrazo

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