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¿Cómo aterriza un globo aerostático?

¿Cómo aterriza un globo aerostático? ¿Puede aterrizar en cualquier sitio? ¿Si no se puede dirigir, cómo se hace para aterrizar en un lugar adecuado? Estas son algunas preguntas muy frecuentes entre nuestros pasajeros. En este post vamos a dar respuesta a todas ellas.

En primer lugar aclaremos el tema de poder dirigir y controlar el globo. Efectivamente los globos carecen de timón, volante o cualquier sistema para modificar su dirección respecto del viento. El piloto no lo dirige, pero lo controla. Los pilotos solo pueden subir y bajar, calentando el aire del globo o dejándolo enfriar. Con esas maniobras el piloto puede elegir las corrientes de aire mas favorables y servirse de ellas para realizar cambio de rumbo. Siempre debe aprovechar lo que la naturaleza le haya dado el día del vuelo. Es decir, el piloto aprovecha las condiciones reinantes en su favor, a pesar de lo cual todos los vuelos tienen un importante componente de aventura.

Además el piloto cuenta con su experiencia para aprovechar esas condiciones de la mejor manera posible. Cuenta con previsiones meteorológicas de varios días previos. Cuenta también con mediciones personales en el propio campo de vuelo y con los resultados que ha ido obteniendo a lo largo del mismo vuelo. Con todo ello el piloto consigue lo aparentemente imposible, sin volante ni timón, parece dirigir el globo.

¿Cómo aterriza un globo aerostático?

El globo deberá aterrizar siempre en la dirección en la que sople el viento a ras de tierra, y a la misma velocidad. Por ese motivo las previsiones de viento son tan importantes y no se puede volar con el viento supere ciertos límites. Estos límites están marcados por un lado por el fabricante del aerostato y por otro, por la experiencia del piloto. Esto supone que en igualdad de condiciones un piloto puede decidir salir a volar y otro decidir quedarse en tierra. Ambos pueden estar acertados en su decisión cuyo fin es garantizar la seguridad de sus pasajeros.

Pero, ¿cómo aterriza un globo aerostático? Entre los medios de control del globo se encuentran varios cabos que controlan la válvula de paracaídas. Esta válvula es una pieza redonda que se encuentra en la parte superior del globo— ver imagen que encabeza este post—, y que puede abrirse de diferentes formas durante el aterrizaje. Se puede utilizar para enfriar el globo y frenar un ascenso o para iniciar un descenso. También se acciona durante el aterrizaje para provocar un enfriado más rápido y preciso.

El aterrizaje

El piloto, que durante todo el vuelo ha estado observando las direcciones del viento a diferentes alturas, selecciona un campo de aterrizaje. Con las previsiones de velocidad y dirección que ha observado inicia un descenso para aproximarse al campo elegido. Este campo debe contar con una serie de características que analizaremos más adelante. Dependiendo de la velocidad del viento y de las peculiaridades del campo el piloto seguirá una u otra estrategia para realizar esa aproximación. Su propósito es garantizar un aterrizaje lo más suave y seguro posible, tanto para los pasajeros y el propio piloto, como para el mismo globo.

El descenso se hace dejando enfriar el globo o bien abriendo el paracaídas el intervalo necesario. Simultáneamente el piloto orienta la barquilla para el aterrizaje y acciona el quemador para que el descenso se realice de forma controlada y adecuada. Llegado al punto elegido, el piloto abre el paracaídas, mediante el sistema mas adecuada en cada caso, para quedarse en el campo y lugar elegidos. En el vídeo que acompaña este post podemos ver una aproximación y aterrizaje.

¿Puede un globo aterrizar en cualquier sitio?

Sí y no. Llegado un caso extremo podría aterrizar en cualquier parte, pues la seguridad prima sobre otras consideraciones. En la práctica el piloto tiene que elegir un campo que cumpla con una serie de requisitos. El respeto a la propiedad privada forma parte de esas consideraciones y requisitos. El campo deberá estar sin sembrar, sin ganado y preferiblemente sin vallar, es decir, abierto. Nunca se elige un campo que no cumpla esas características salvo que las condiciones de ese día impidan otra alternativa. El campo además debe tener suficiente espacio para que el globo aterrice con seguridad. Por lo tanto no debe tener obstáculos cercanos de ningún tipo.

Como podéis ver en el vídeo que acompaña este post, incluso en las condiciones en las que hay pocos campos disponibles para el aterrizaje, el piloto dispone de opciones respetuosas con los propietarios y seguras para los pasajeros. Antes de que se recojan los campos de labor, los caminos son la mejor alternativa para aterrizar.

Si ocasionalmente se produce algún daño en el campo de aterrizaje contamos con un seguro de responsabilidad civil a terceros que cubriría cualquier desperfecto. Por regla general nuestro paso por cualquier campo de aterrizaje no deja señal alguna del mismo. Para ilustrar mejor este punto baste señalar que en 12 años de actividad hemos tenido que usar el seguro solo en dos ocasiones por daños mínimos en el campo de aterrizaje. Muy probablemente que todos nosotros hemos usado con mas frecuencia el seguro de nuestro hogar o del coche en un periodo similar.

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