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¿Se puede aterrizar en cualquier parte?

Aterrizar en cualquier parte, ¿es una opción? En condiciones normales, siempre que se hayan observado las normas básicas de seguridad antes del vuelo y el vuelo haya transcurrido con normalidad, el piloto elegirá un campo de aterrizaje que cumpla una serie de requisitos. Deberá contar con espacio suficiente para aterrizar en las condiciones reinantes en ese momento. Tendrá además que estar libre de obstáculos y tener fácil acceso para el vehículo que le sigue por tierra. Las principales consideraciones antes del aterrizaje son siempre las relativas a la seguridad de los pasajeros en primer lugar. En segundo lugar la seguridad de la propia aeronave y las de los bienes, personas y animales que se encuentren en la zona de aterrizaje.

Ya que habitualmente se conocen y/o estudian las zonas de vuelo, antes de la actividad, el piloto sabe que contará con suficientes campos de aterrizaje.  También contará con margen de combustible necesario, etc. Durante el vuelo el piloto observa las condiciones de viento. Con ello analiza sus posibilidades para aterrizar y mucho antes de iniciar las maniobras para el mismo ya tiene varias alternativas y opciones. Entre las consideraciones del piloto, tanto durante el vuelo como en el propio aterrizaje, esta el respeto por los demás. Intentará, en todo momento, no molestar en modo alguno a las personas y animales que se encuentre en tierra. Por descontado, hará lo posible también para no molestar o entorpecer las maniobras de otros globos.

Por ello se extreman las medidas para hacer el menor ruido posible cerca de poblaciones y edificaciones, animales y personas. Para ello se emplea la llama líquida del quemador, mucho menos ruidosa. Se respetan además unos márgenes de altura, siempre dentro de lo posible teniendo en cuenta las particulares condiciones y limitaciones de vuelo de los globos.

¿Se puede aterrizar en cualquier parte?

Iniciado el descenso para tomar tierra se elegirá un lugar abierto donde no se perjudique en modo alguno a los propietarios de los terrenos. En principio no es necesario solicitar autorización para el aterrizaje. Esto sería extremadamente difícil teniendo en cuenta que es del todo imposible saber dónde se aterrizará antes de despegar. Tampoco debería ser necesario siempre que el lugar elegido no esté sembrado, ni tenga animales cerca. Si nuestro aterrizaje no causa molestias ni daños los propietarios suelen tomarlo como una acontecimiento curioso y agradable. Y Por ese motivo la mayoría de los pilotos dedica el tiempo necesario a la selección del campo de aterrizaje y trata la propiedad privada con extremo respeto.

No es raro, cuando se actúa así, que los propietarios de los terrenos, si se encuentran cerca cuando el globo aterriza, se acerquen a preguntar y curiosear. En ocasiones, como en el vídeo que acompaña este post, se suman a la celebración de los pasajeros y compartan con nosotros una copa de cava y nuestro almuerzo campestre.

Si por cualquier circunstancia se produjese algún daño durante el aterrizaje, los globos, como todas las aeronaves, cuentan con un seguro de responsabilidad a terceros que se encargaría de cubrir los desperfectos.

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